El
rafting se realiza navegando por ríos de agua fría en las que
existen rocas y hoyos y con aguas que descienden rápidamente. Aunque
los descensos de agua están catalogados en niveles de dificultad que
van del 1 al 6, dentro de un descenso es fácil encontrarse niveles
de todo tipo de dificultad.
Dentro
de los riesgos que puede haber en los descensos en rafting podemos
dividirlos en dos tipos: los objetivos y los subjetivos.
Entre
los
riesgos
objetivos
existen
la
pendiente
y
el
volumen
del
caudal
del
río,
la
velocidad,
la
existencia
de
rocas,
de
árboles,
hoyos
o
incluso
olas
en
los
ríos.
También
es
de
suma
importancia
saber
si
la
temperatura
del
agua
es
fría
o
de
ambiente,
ya
que
en
caso
de
estar
fría
podría
provocar
hipotermias
si
la
nave
volcase.
Entre
los
riesgos
subjetivos
estarían
la
condición
física
de
la
persona,
la
experiencia
de
éste,
la
condición
del
guía,
los
reflejos,
etc. Valorados
estos
dos
tipos
de
riesgos
habrá
que
valorar
que
tipo
de
tramo
hay
que
descender
o
no.
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